por Cris Antemo 03-02-24
Resultados previsibles, presagio de días grises, no muy fáciles, varios y distintos motivos que invitaron a una pausa en esta columna. Pero la realidad local encierra detalles en su desarrollo que merecen ser contados, y al fín y al cabo, para eso estamos:
A pocos días de re-asumir, el Gobierno local se ocupó y preocupó de que el HCD aprobara el Presupuesto 2024, junto a las Ordenanzas Fiscal e Impositiva. Asistimos a la repetida escena de los concejales oficialistas augurando catástrofes incontables para este pueblo de no aprobarse el pretendido aumento de Tasas, establecido en un 97%, pero con el agregado de peligrosas cláusulas gatillo, que seguramente generarán nuevos aumentos a lo largo del año, llevando el valor de las Tasas a niveles insospechados (partiendo de, por ejemplo ABL a casi 9 mil pesos).
La novedad se vió a la hora de votar los dictámenes oficialista y opositor: El flamante Concejal Libertario apoyó con entusiasmo el aumento de Tasas, argumentando que "no se puede desfinanciar al municipio". Ya en la campaña, y antes de ella, el debutante concejal había mostrado escasas dotes para expresar sus ideas políticas, limitándose sólo a repetir casi textualmente lo que declaraban sus referentes a nivel nacional . Olvidó, parece ser, las reiteradas declaraciones acerca de la intención del nuevo gobierno de reducir y/o eliminar impuestos para aliviar la carga impositiva asfixiante de este país (de todas formas, terminan pidiendo por la vuelta del Impuesto a las Ganancias con la misma facilidad que declaraban lo anterior). El hecho es que, al parecer, el oficialismo local parece haber ganado casi sin proponérselo un nuevo aliado. Se ahorran una parte del trabajo, ya que, en este caso, el nuevo "socio" ya era empleado de esta y otras gestiones.
Mientras tanto, el Ejecutivo Municipal se monta en el discurso de "no hay plata" esgrimido por Nación, para recortar supuestos gastos en áreas sensibles, detener la obra pública, y ni siquiera mencionar alguna mejora salarial a sus empleados.
Es así que se hace normal ver el estado desastroso de calles de tierra, baldíos con enormes pastizales y hasta basura, riego de calles casi inexistente, asfalto roto, con enormes cráteres, servicios resentidos en areas como salud, y así varios etcéteras. Esto no quiere decir que mucho de eso no venga de arrastre, pero, como decíamos, ahora encuentran la excusa perfecta. La pregunta sería: Qué foto inventará el aparato de propaganda municipal ahora que ya ho será posible la "espontánea" imágen de la cuadra de asfalto recién terminada y el diálogo con algún vecino?.
Y como decíamos más arriba, será para ver y analizar de qué forma el Gobierno Municipal establece una relación entre el discurso de "no hay plata" y la imperiosa necesidad de una recomposición de los salarios municipales, pulverizados no sólo por una inflación que dobló a la última paritaria, sino por el accionar, una vez más, incapaz e insensible de Ejecutivo y Sindicatos.
El pasado año oíamos al responsable de las finanzas municipales, y al propio Intendente, relatar con sonrisa "sobradora" que, gracias al Plazo Fijo que tanto les habían criticado (y que ellos tantas veces negaron), habían podido abonar sueldos de Diciembre y aguinaldos, comparándose incluso con varios distritos que estaban pasando penurias por no tener los fondos necesarios para afrontar esos pagos. Lo decían con satisfacción, mientras el año cerraba con el 218%, habiendo cerrado una paritaria de unos interminables 6 ó 7 meses con un atrasadísimo 100%.
A aquellos que pretenden manejar los números municipales como si se tratara de una financiera privada, no les será ajeno, no sólo el dato inflacionario, sino que el valor de la Canasta Familiar para una familia tipo (matrimonio y dos hijos), según INDEC es de $495.798,32, es decir que cualquier ingreso menor a esa cifra se ubica por debajo de la línea de la pobreza. Para graficar el nivel paupérrimo de los salarios municipales, dejo aquí tres recibos de sueldo, lo último pagado por el municipio. Sólo verán los básicos (de distintas áreas municipales, distintas categorías y regímenes horarios), y ningún otro dato que comprometa a quienes me acercaron esos recibos, pero resulta sencillo entender que aún sumando ítems como antigüedad o salario familiar, la cifra neta ni se acerca a la del valor de la Canasta, ya que habrá que restar descuentos de O. Social, Jubilación y, seguramente, la cuota de algún crédito que el empleado generalmente se ve forzado por las circunstancias a tramitar.
Visto lo anterior, sólo podemos pensar que, al menos este año, no tendremos que oír ese discurso casi desvergonzado que los funcionarios gustaban de desempolvar anualmente, y que decía:"el salario del empleado municipal le ganó a la inflación".
Pero como a algunos se les facilita hacer de la hipocresía un culto, se anuncia que los funcionarios municipales sufrirán un "recorte" en sus haberes, y muchos creen ver en eso un gesto muy solidario. Sólo hay que ver y sacar conclusiones luego. Veamos entonces, el sueldo de un Secretario, del Jefe de Gabinete, y del propio Intendente:
Varios detalles para destacar: Uno, obvio, es que nadie en los círculos de poder puede molestarse por esta publicación, teniendo en cuenta que, cuando es conveniente, sacan a flamear la bandera de la transparencia.Vaya aquí un humilde aporte. Esos funcionarios, aún con esos "recortes solidarios", llegan sin problemas a cubrir la Canasta Básica. Otro detalle es que por fín el Intendente dejó de percibir el concepto de Gastos de Representación, una promesa de campaña de varios años y que, como mostramos en una columna en Junio del ´23 (22/6), cobró por mucho tiempo, con sucesivos y robustos aumentos.
También se aprecia la "desaparición" de aquellas "donaciones" que el Intendente hacía de su sueldo y que, por supuesto, eran ampliamente difundidas por el aparato de propaganda y prensa municipal.
Veremos si, llegado el momento de discutir paritarias, los Sindicatos podrán estar a la altura de las circunstancias y, en lugar de pedir bonos, o asuetos que, para el caso, tienen la misma duración, llevan un poco de dignidad a la mesa de los trabajadores que dicen representar.
Hasta la próxima, atentos y sonrientes.